jueves, 10 de septiembre de 2009

Los 100 días de Patxi López

Paxti López enfrenta tres retos: mantener con firmeza la unidad constitucionalista y la deslegitimación del terrorismo, impulsar el desmantelamiento de los centros de poder del nacionalismo étnico
 

El pacto de los socialistas y populares vascos para convertir a Patxi López en el primer lehendakari no nacionalista de la democracia ha pasado con nota sus primeros cien días de gobierno en lo principal: mantener la unidad del pacto democrático y hacer frente a los primeros embates de del terrorismo y el nacionalismo étnico y excluyente.

  
Patxi López no sólo ha manteniendo la unidad de las fuerzas constitucionalistas en base a la lucha contra el terrorismo sino que ha convertido esta lucha en el eje de su política haciendo, por primera vez desde la llegada de la democracia, de la deslegitimación social del terrorismo uno de sus pilares.

El gobierno de López ha puesto la policía autonómica vasca (Ertzaintza) a combatir a ETA y las manifestaciones callejeras del terrorismo. Se ha colocado sin reservas al lado de las víctimas encabezando los homenajes a policías y guardias civiles asesinados, la primera vez que lo hace un lehendakari vasco, rompiendo así con el doble lenguaje del ex lehendakari Ibarretxe. Ha empezado a tomar medidas para acabar con la impunidad con la que los etarras y su entorno han ocupado los espacios públicos, las calles y pueblos de Euskadi. El Consejero de Interior, Rodolfo Ares, ha impulsado un acuerdo con los ayuntamientos vascos, pese a las resistencia del PNV, para retirar de las calles la simbología de ETA (carteles, fotografías, pintadas, pancartas…) que enaltece el terrorismo, acuerdo que se negocia con el presidente de los municipios vascos, Jokin Bildarratz alcalde nacionalista de Tolosa, y que firmarán el gobierno vasco y la federación de municipios de Euskadi, Eudel. Y ha cambiado la dirección de la radio televisión vasca, auténtico bastión de la propaganda del nacionalismo étnico y excluyente.